viernes, 21 de diciembre de 2012

BATMAN FOREVER


Algo me pasa con los nuevos Batman. 
Los de hoy no tienen gracia, sentido del humor, están todos cagados, depresivos, andan escondidos en la noche. Usan trajes de caucho estilizados como estatuas griegas esclavas de los anabólicos.
Para mi, Batman es Adam West, el de los años 60's.
Hoy este clásico Batman no podría aparecer en el cine. No tenía cuerpo de atleta. Con el traje ajustado se veía más bien divertido. Ocultaba su panza en un cinturón con compartimientos de donde sacaba sus herarmientas para luchar contra el mal. Cuando corría mucho detrás del Pingüino o el Guasón, se detenía y le decía a su compañero: "Estoy cansado Robin".
El hombre murciélago podría ser un héroe real, porque no tenía poderes sobrenaturales. Pero claro, tenía mucho dinero y modales ingleses como tomar once atendido por un leal mayordomo que le servía el té a las cinco en punto en tasas de porcelana. No cualquiera podría tener una baticueva o ostentar un batimóvil y más encima tener un teléfono rojo para hablar en línea directa con el alcalde de ciudad gótica o el jefe de la policía.
Por supuesto, se contenía de caer en la seducción de la preciosa Gatúbela y no por ser gay, mito que se alimentó siempre por lo juntos que andaban con su asistente, pero más de alguna vez compartió una cena nocturna con esa gata que insistía en hacerle fintas para acostarse con el, pero todo quedaba a lo más en un abrazo y un beso.
Pero ella era de las fuerzas del mal y el estuvo siempre a la altura sin caer en la tentación. Esa era la nobleza de este héroe de verdad que no mataba ni a las moscas, un hombre con aciertos y contradicciones. Un héroe que dudaba, reflexionaba, citaba a Descartes con su famoso "Cogito ergo sum", pues el tipo era educado y tenía clase (no como Peter Parker, el hombre araña, que vive en una pensión de indigentes sin dinero ni para comer) pues aún siendo de familia adinerada, se enfrentaba a mano limpia, meta combos en el hocico con los dementes criminales a los cuales le tocaba enfrentar.
Se podría reflexionar más sobre Batman, pero dejémoslo hasta aquí.
Batman forever.

martes, 4 de diciembre de 2012

MÚSICA DE CAÑERÍAS, UN DISCO DE BUKOWSKI





Ok llegué a Bukowski por snob y bien,  tengo la edad justa, abrí esta alcantarilla literaria en el momento preciso.

Ya he leído tres de sus libros, en sus versiones hispanas: ."Erections, ejaculations, exhibitions and general tales of ordinary madness", La máquina de follar, 1974, "Post Office", Cartero,1976 y "Hot water music", Música de cañerías, 1983.

Como todos los de mi generación sigo la tradición espiritista, es decir, en mi tiempo libre -que trato que sea mucho- me dedico a leer y escuchar a los muertos pero no de forma consciente, si no más bien porque me ha tocado vivir en una época en la cual la mayoría de los referentes culturales han pasado a mejor o peor vida.
Escribir al fracaso, la miseria y los perdedores fue para Chinaski (Charles Bukowski) descubrir la mina de oro, como bien lo ha copiado Joaquín Sabina.
Bien relata estos tópicos en su trabajo de mierda, cuando fue cartero y se decide a terminar con ese yugo y así comenzar realmente a vivir, ya tenía 40 años.
Lo que le pasó a Chinaski le sucede a todo el mundo, pero son pocos los capacitados de contar esas historias que nadie quiere reconocer en tiempos donde la deuda es sinónimo de éxito (que triste) pero que muchos las leemos como una especie de consuelo.
"Y volví a acostarme y abrazar el culo de Betty".
¿Quién después de un día de terror no ha vuelto al lecho a abrazar y buscar refugio en el culo de la mujer? Notables frases como esta me hicieron empatizar con este autor y separo los aspectos pornográficos que describe, pues todo eso es adorno.
Bukowski, era un tipo que tenía calle. Chinaski el protagonista de sus historias hablaba con los borrachos y los solitarios. Fumaba y le importaba una mierda el cáncer. Tenía mujeres iguales que él, solas, fracasadas, a punto de ser viejas y que lo hacen todo por no estar como se dice hoy, "güachas", sin perro que les ladre.
Pero lo que mejor me cae de Chinaski es que nunca se comparó con un pelmazo de oficina. Despreciaba a esos humanoides lameculos y circunspectos, esos macarras que viven frunciendo el culo escondidos en las jerarquías y que se amparan haciendo valer los reglamentos para defenderse. Me ha tocado ver mucha bacteria de este tipo durante estos últimos años y no había encontrado un escritor capaz de reflejarlos tan bien.

Sigo leyendo.

"¿Cómo diablos puede un hombre disfrutar de ser despertado a las 6:30 A.M. por un reloj despertador, saltar de la cama, vestirse, comer apurado, cagar, mear,cepillarse los dientes, el pelo y luchar contra el tráfico para llegar a un lugar donde esencialmente se hace un montón de dinero para alguien más y se le pide estar agradecido por la oportunidad de hacerlo?"

Charles Bukowski. 1920-1994.