jueves, 5 de mayo de 2016

RECUERDOS EN MINIDISC

 
 
 
Creo que fue en  2002 o 2003 cuando compré mi Minidisc.
Maravilloso. Significaba el traspaso del caset a los inicios de la compresión de los archivos de sonido. Es decir, muchas canciones en un solo dispositivo. Lógico, comenzaba un nuevo siglo y había que tratar de ir a la par.
Mi tío Manolo a fines de los años '80s o principios de los '90s se impresionó mucho con un caset de cuecas que no paraba de dar vueltas en la radio. Mi tío, un hombre de campo y trabajador de la tierra, por esos años me preguntó lleno de curiosidad "¿como en esa caja tan chiquitita hay tantas canciones?".
Muchos años después, luego de una conversa, el comprendería lo que significa un MB o un GB o qué decir un TB. Claro, muchos entendimos este asunto de inmediato porque nos tocó estar en medio del traspaso de lo mecánico a lo digital y vivimos la partida de la maquina de escribir a la llegada del llamado "computador". Junto a esto, muchas otras cosas cambiaron.
La particularidad del Minidisc es que mecánicamente, para el usuario, tiene el mismo principio que el ochentero Walkman. Se abre la tapa, se mete el caset, en este caso el mini disco. Pero la carga de archivos debía ser por el software que traía incluido, para traspasar los archivos desde el ordenador.
El Minidisc tiene una capacidad de 140 MB y 80 minutos de música, lo que hoy parece de risa. Pero en esos años almacenar esa cantidad de canciones era casi el umbral de las maravillas del mundo.
Fue una tecnología cara. Era poca la gente que tenía un MD. Por cierto, a veces me preguntaban ¿Qué es eso? una vez me dijeron ¿Qué chico ese "personal estéreo"? en fin.
Hace unos días volvió a aparecer ante mis ojos. Lo volví a usar y escuchar la música que tenía guardada. Tengo alrededor de 80 MD con música. Parte de la cual me regaló mi querido amigo Simón T.
Entonces, un salud por el MD. No ha perdido su calidad de sonido, que no se puede comparar con el artificial sonido digital de hoy.
Me quedo con el Minidisc, lejos.